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El Poder de Dios en la Oración: Ora Siempre y No Desmayes

La oración es más que una rutina o una obligación; es la conexión vital con Dios, especialmente en momentos de dificultad, miedo o incertidumbre.  ¿Alguna vez has sentido que tus oraciones no son escuchadas? ¿Que a pesar de pedirle a Dios una y otra vez, nada cambia?

Jesús conocía esa frustración. Por eso enseñó una parábola muy directa en Lucas 18:1-8 a orar siempre y no desmayar.

¿Qué significa realmente?

Jesucristo reconocio que el desmayo espiritual es real. Aunque físicamente seguimos caminando, podríamos haber “colapsado” espiritualmente por dentro. 

Señales desmayado espiritualmente incluyen: falta de oración, falta de esperanza, rutina sin propósito, desánimo profundo.

La oracion es una necesidad diaria, necesitamos la presencia de Dios, la Palabra, la comunidad, y el Espíritu Santo que nos renueva.

No debemos orar solo cuando hay problemas o sentimos culpa, sino porque necesitamos a Dios cada día, como el aire que respiramos.

La persistencia da frutos

Jesús cuenta la historia de una viuda persistente que no se rindió hasta obtener justicia de un juez injusto. Así también, debemos ser constantes en la oración, sin desanimarnos aunque la respuesta tarde.

Comparemos la persistencia de la viuda con algo que todos entendemos: los niños. Cuando un niño quiere algo, sabe a quién pedirle, cuándo insistir, cómo medir tus reacciones, y si no funciona con mamá o papá, va con los abuelos o las tías. ¡No se rinden!

Así también Jesús nos enseña a orar. No porque Dios sea injusto, sino porque quiere que entendamos que la oración es una necesidad, no una opción.

La mayor victoria es la transformación interior

A veces Dios responde “sí”, otras “espera” o “no”. Nuestra fe se fortalece cuando confiamos en Su tiempo perfecto, no en resultados inmediatos.

La fe que persiste en la oración no se basa en ver resultados inmediatos, sino en saber que Dios escucha, Dios responde y que su tiempo es perfecto, aunque no coincida con el nuestro.

No desmayes, la oración se vuelve como el aire, como el agua, como el pan: necesaria para vivir.


Reflexión:
¿Oras con persistencia y un corazón rendido? ¿Confías en Dios aunque las respuestas se demoren? Que la oración sea tu necesidad diaria, no solo tu recurso en emergencias.

Jesús nos llama a orar siempre y no desmayar. Esa fe te sostendrá en cualquier prueba